¿Sabes qué es la Alfabetización en Salud?

Hoy te diagnosticaron una enfermedad de la que nunca habías escuchado siquiera y fue una noticia que te cayó como balde de agua helada. Todo inició un día en el que despertaste y sentiste mucha fatiga y debilidad en tu cuerpo e incluso, hasta ese dolor de cabeza que es constante y que te acostumbras a padecerlo. Le platicaste a tu mamá y te dijo que te tomaras su tradicional té “Vuelve a la vida” que alivia todo tipo de padecimientos y achaques, que es una receta milenaria que ha estado presente en su familia por décadas, y lo bebiste sin cuestionar. Pasó el día y entre todo el trajín que conllevaba, olvidaste un poco cómo te sentías, es más, ya ni te percatabas que seguías con ese dolorcito en la sien que no había desaparecido, pero tenías muchas cosas por hacer como para perder tu valioso tiempo en buscar atenderte. Después de algunos días -e incluso semanas- los síntomas con los que iniciaste se fueron agravando, pero además del milagroso té de tu mamá, ya tomas un jarabe naturista que elabora tu vecino y tu jefe ya te recomendó otros remedios muy efectivos para sentirte mejor. Un buen día, definitivamente ya no podrías levantarte de tu cama y es entonces que decidiste solicitar ayuda a un médico, quien después de realizarte estudios te indicó que tienes un padecimiento que será de larga duración (quizás de por vida), que será progresivo y te indicó el tratamiento que debes iniciar inmediatamente para evitar que el daño continúe avanzando.
Historias como la anterior son muy frecuentes. Ante algún malestar o síntoma de una posible enfermedad, en primera instancia solicitamos consejo de familiares, amigos y conocidos o investigamos “googleamos” en internet información que en ocasiones no es la más confiable y acertada. Si nos convencen las recomendaciones que nos brindaron, las llevamos a cabo y esperamos que tengan un efecto favorable en nuestra salud. Sin embargo, los resultados no siempre son los que esperamos e incluso, pueden llegar a disfrazar los efectos y secuelas del daño que está provocando el padecimiento que tenemos y es hasta entonces que pensamos en acudir con un especialista de la salud.

¿Qué es la Alfabetización en Salud?

La Organización Mundial de la Salud la define como las características personales y los recursos necesarios para que la población acceda, comprenda, valore y utilice la información y los servicios para tomar decisiones sobre su salud. Es decir, obtener los conocimientos para aprender a cuidar nuestra salud, aprovechando los recursos disponibles.

La Alfabetización en salud es muy importante porque permite a las personas tomar decisiones informadas sobre su propia salud y la de sus familias, además de que las hace más conscientes del cuidado de su salud. Quiénes tienen habilidades de alfabetización en salud pueden entender la importancia de llevar una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente así como otras medidas preventivas para evitar una variedad de enfermedades.


No obstante, la falta de Alfabetización en salud lleva a la ignorancia sobre cómo prevenir enfermedades, cómo tratar enfermedades existentes y cómo acceder a la atención médica adecuada y en consecuencia, lleva a la toma de decisiones incorrectas, por lo que garantizar la alfabetización en salud debe ser un esfuerzo de toda la sociedad.

Junto a este desafío también existe mucha desinformación, particularmente en las redes sociales: información falsa que los usuarios pudieran considerar confiable y con base en ella toman decisiones importantes sobre su salud. Incluso el individuo más racional llega a equivocarse al tomar decisiones cuando se le bombardea con información incorrecta. 

Pero ¿cómo saber en qué fuentes de información confiar? ¿Cómo se puede lograr la alfabetización en salud en un mundo inundado de información de calidad cuestionable?

Toda persona tiene derecho a la salud, por lo que es fundamental acceder a información confiable para tomar decisiones saludables. Algunos consejos para determinar si una fuente de información es confiable son:

  • Buscar información en fuentes reconocidas y revisadas por expertos, como de un hospital, universidad o una organización seria.
  • Comprobar la información con varias fuentes diferentes para confirmar su precisión.
  • Consultar directamente a profesionales de la salud para obtener información y orientación.
  • Revisar la evidencia: Si una fuente de información hace afirmaciones sobre un tratamiento o un producto de salud, buscar la evidencia que respalde esas afirmaciones.
  • Evaluar la información de manera objetiva y racional.
  • Ser consciente de las fuentes de información que pueden estar sesgadas o inexactas, como las redes sociales o los sitios web no confiables.

La Alfabetización en salud es un elemento clave para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. Al mejorar la comprensión de la información de salud, se pueden tomar decisiones más informadas mejorando nuestra calidad de vida y la de nuestros seres queridos.
Si deseas más información, te invitamos a visitar el artículo “Why is health literacy failing so many?” https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(22)02301-7/fulltext y a seguir compartiendo información relevante y ser parte de la prevención.

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