La odisea de una cirugía no siempre termina con la recuperación completa. En algunas personas el desenlace no deseado es una hernia incisional, la cual representa una situación en sí misma.
Imagina que después de una cirugía, notas un abultamiento en la zona de la cicatriz. ¿Qué es? ¿Qué deberías hacer? Aquí te lo explicamos todo de manera interesante y clara.
¿Qué es una Hernia Incisional?
Comencemos por entender qué es exactamente una hernia incisional. Además de ser un bulto molesto, se trata de una debilidad en la pared abdominal que permite que los contenidos abdominales (grasa o intestinos) salgan a través de un orificio en la pared abdominal (los músculos), causando un abultamiento debajo de la piel, a lo que se conoce como hernia incisional. Este fenómeno se origina en el sitio de una incisión quirúrgica previa, ya que muchas veces el cierre de la pared abdominal, por donde se entró al abdomen para hacer una cirugía, no se recupera bien y queda una zona débil que se puede abrir con la presión dentro del abdomen.

¿Por qué ocurren?
Las causas son variadas, desde dificultades incorrectas al momento del cierre abdominal hasta factores propios de los tejidos del paciente. La falta de cuidado postoperatorio (reposo apropiado) también es un factor clave.
¿Qué tan frecuentes son?
Resulta que las hernias incisionales son más comunes de lo que pensamos, siendo el tercer tipo más frecuente de hernias abdominales, después de las hernias inguinales y umbilicales. Aproximadamente, el 15% de las cirugías abiertas y el 5% de las mínimamente invasivas pueden resultar en este tipo de hernia.
Factores de Riesgo
La infección en el sitio de la incisión es un factor crucial que aumenta el riesgo. Además, el tipo de incisión abdominal (por ejemplo, localización en el abdomen, cirugía de urgencia, entre otros) y otros factores como la obesidad o enfermedades crónicas también son factores de riesgo.
¿Cómo se Diagnostican?
El diagnóstico suele ser evidente al observar el abultamiento en la cicatriz, pero en muchos casos, las hernias evolucionan lentamente, ocultas bajo la piel y pueden no mostrar síntomas, pero el dolor en el área y la náusea pueden ser datos de alarma. La tomografía computarizada es un estudio que emplea rayos x y que se convierte en una herramienta invaluable para proporcionar detalles sobre la ubicación, tamaño de la hernia y la seriedad del problema.
Tratamientos: Conservador vs. Cirugía
Las hernias abdominales pueden convertirse en una preocupación significativa para quienes las padecen, y elegir el camino correcto para su tratamiento es clave para una recuperación exitosa. Las dos principales opciones son: el seguimiento conservador y la cirugía.
1. Conservador: Observación y Alternativas Temporales
El tratamiento conservador es como un «ojo atento» sobre la hernia a lo largo del tiempo. Este método implica vigilar cualquier cambio en el tamaño de la hernia o la aparición de nuevos síntomas. Para aquellos pacientes en los que la hernia no causa molestias, las fajas abdominales se convierten en una opción para evitar que el abultamiento crezca. Aunque no resuelve el problema, proporciona un alivio temporal.
Este enfoque se emplea en casos donde la hernia no causa molestias ni síntomas evidentes. También es una opción para aquellos que no pueden someterse a cirugía por ser de alto riesgo o para aquellos que eligen, por decisión propia, no someterse a este procedimiento. Sin embargo, se debe saber que el tratamiento conservador también tiene riesgos, ya que las hernias incisionales pueden complicarse rápidamente y resultar en situaciones graves que se tienen que tratar con cirugía de urgencia. Se debe hablar con el personal de salud capacitado para conocer cuales son los riesgos en cada caso específico.
2. Cirugía: Decidiendo cuándo es necesaria
La cirugía se vuelve necesaria en varias situaciones: cuando la hernia compromete la salud del paciente debido a su tamaño o contenido, cuando evoluciona rápidamente con altas probabilidades de complicaciones, o cuando causa síntomas que afectan la calidad de vida. Además, la decisión de someterse a una intervención quirúrgica también recae en el paciente.
La cirugía busca reparar la hernia, devolver todos los contenidos a su lugar de origen y cerrar el defecto por donde se estaban saliendo. Las dos maneras de hacer la cirugía son la cirugía abierta en la que se abre la cavidad abdominal y se hace reparación del defecto/hernia, y la cirugía laparoscópica, que utiliza instrumentos finos a través de pequeñas incisiones para evitar incisiones más grandes y favorecer una recuperación más rápida. La elección entre estos métodos y la decisión de colocar o no una malla dependen del caso específico y de las preferencias del médico y el paciente.
Uso de Mallas Abdominales
Las mallas abdominales juegan un papel crucial en la cirugía, brindando soporte al abdomen y reduciendo el riesgo de recurrencia. En muchos casos, se colocan mallas, absorbibles o no absorbibles, para asegurarse de que los tejidos cierren bien y que no se vuelva a formar la hernia. El uso de mallas parece disminuir el riesgo de recurrencia (que regrese la hernia) en comparación con la cirugía sin malla.
Complicaciones Postoperatorias: El Desafío Después de la Intervención
Después de la cirugía, es vital tener en cuenta las posibles complicaciones, como el riesgo de que se forme nuevamente la hernia (recurrencia), la formación de seroma (acumulación de líquido), sangrado, dolor prolongado, desplazamiento de la malla e infecciones de la herida. La clave para minimizar estos riesgos radica en los cuidados que se tengan y un seguimiento médico cuidadoso.
Recomendaciones Después de la Cirugía
La recuperación postoperatoria es crucial. Desde tomar medicamentos para el dolor según las indicaciones del médico hasta seguir medidas de higiene en la herida. El reposo, el uso de faja abdominal cuando se recomienda y una dieta adecuada son esenciales para una recuperación exitosa.
Más Recomendaciones
No levantar objetos pesados, evitar alimentos irritantes y controlar enfermedades crónicas como la diabetes son medidas que deben ser parte de tu rutina postoperatoria.
Recuerda que estas recomendaciones pueden variar según el médico y el paciente.
En resumen, enfrentar una hernia incisional puede ser un desafío, pero comprendiendo las causas, factores de riesgo y opciones de tratamiento, puedes tomar decisiones informadas para tu salud. ¡No te preocupes, puedes estar en control!La elección del tratamiento a seguir debe ser educada y con entendimiento. Cada opción tiene sus pros y contras, pero con la orientación adecuada y el cuidado personalizado, se puede dar un paso firme hacia una vida sin las complicaciones que esta condición puede generar.
Referencias
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